RENDIMIENTO


 Ya en las anteriores páginas hemos podido ver que el deporte y la mente están muy relacionados. En la página anterior hemos visto los beneficios que tenía para nuestra salud mental hacer deporte. Ahora vamos a ver cómo se puede mejorar el rendimiento deportivo entrenándonos mentalmente. Ya que en la primera página hemos podido ver que estar en un mal estado mental puede perjudicar nuestro rendimiento y hacernos perder partidos, combates o puntos. Además mejorar nuestras capacidades mentales también nos va a ayudar a aprender más y mejorar más rápido en los deportes, por lo que, haremos más deporte y tendremos una mayor salud mental. Estas son algunas formas en las que entrenar nuestra mente puede mejorar nuestra calidad deportiva.






1. Afrontar mejor un mal resultado deportivo. Este aspecto es plenamente mental. Si en vez de cabrearnos, ponernos tristes, obsesionarnos, recriminarnos o culparnos, pensamos lógicamente; podremos saber que error hemos cometido y aprender de él para mejorar y no volver a cometerlo la próxima vez. Esto se traduce en mayor rendimiento cada vez que cometes un fallo. Además viendo que nuestro rendimiento está estrechamente relacionado con nuestra salud mental, no tiene mucho sentido sufrir y cansarnos pensando en las cosas que hemos hecho mal. Porque además, también hacemos cosas bien que en nuestra cabeza ignoramos. Y esto se entrena poco a poco, en los entrenamientos ya puedes empezar a entrenar el no frustrarse y no preocuparse cuando falles y así aplicarlo a los partidos o eventos importantes
de tu deporte. 





2. Mejor capacidad de reacción. En algunos momentos cuando haces deporte, las cosas son muy diferentes a como las imaginabas en un principio. A veces, surgen contratiempos y te ves obligado a buscar una solución rápida, efectiva y precisa. Para ello necesitas ciertos factores como la autoconfianza. Sin autoconfianza nos empezarán a llegar dudas en estos momentos. Empezaremos a hacernos preguntas como estas: ''¿Es esta situación culpa mía? ¿Soy capaz de resolver esta situación? ¿Qué van a decir de mí si fallo?''. Estas preguntas sólo te frenan, pero, si tienes autoconfianza estas preguntas nunca surgirán. Por eso conviene entrenarla. Y entrenándote mentalmente podrás tener más autoconfianza y gestionar los contratiempos.





3. Controlar los nervios. Antes de competir muchos deportistas sienten nervios y eso  hace que no puedan dar su máximo nivel. Por ello tener una personalidad fuerte te puede ayudar a quitarte esos nervios y así dar mejor rendimiento y pasártelo mejor. Es normal sentir nervios. Todos o la mayoría sentimos nervios antes de hacer algo que nos importa. Los nervios son una reacción natural y primitiva del ser humano y no debemos preocuparnos para nada de tenerlos porque en el pasado nos sirvió de mucha ayuda para luchar contra verdaderas amenazas. Un paso para controlar los nervios es aceptarlos. Aunque sea algo normal mucha gente se siente mal y se cree que no es correcto tener nervios. Pero la realidad es que la única manera de que esos nervios no nos afecten negativamente es tener una mentalidad fuerte y hacer que no nos afecten. Y esto como muchas cosas en el ámbito mental se puede entrenar.







4. Concentración. En este mundo lleno de entretenimientos es muy difícil mantener la concentración. Y más difícil es hacerlo durante un período de tiempo largo. Pero si no te concentras en el deporte no lo vas a hacer bien. La concentración como todo lo demás se practica. Y algo que hay que tener en cuenta es que no puedes estar concentrado si piensas en experiencias pasadas o posibles experiencias futuras. Para estar concentrado tienes que dejar de pensar en algo que no sea tu realidad actual. Lo que no sea poner toda tu atención en lo que estás haciendo, no es estar completamente concentrado. Y aunque es difícil, somos capaces de hacerlo y nos conviene.




¿Cómo se entrena la mente?

Entrenar la mente es tan fácil como mirarte a ti mismo y pensar en cuáles son tus defectos. Coger estos defectos y aceptarlos. Entre estos defectos se encuentran malos hábitos y actitudes. Pues después de aceptar estas cosas tienes que estar día a día para intentar cambiarlas. Además de mejorar el diálogo interno. El diálogo interno como si le pusieras voz a lo que piensas internamente de ti mismo y de los demás. Porque tener un diálogo interno negativo puede afectar a tu estado de ánimo. Lo siguiente es pensar en tus fortalezas. Y reconocerlas también. Pensar en las cosas que se te dan bien tiene que mejorar tu estado de ánimo. Pero tenerlas presentes también te va a dar ideas de como aprovecharlas. Lo último sería sustituir los malos hábitos que has desechado, por buenos hábitos.

























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